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Por qué la Economía Circular es vital para el sector eléctrico

Vivimos en un planeta que cuenta con recursos naturales limitados y cuyo consumo excesivo comienza a ser insostenible. La alternativa que se presenta con la adopción de la Economía Circular supone una oportunidad para reducir de forma paulatina el impacto medioambiental y para aprender, de aquí en adelante, a usar los recursos de manera eficiente


Por qué la Economía Circular es vital para el sector eléctrico


Materiales usados en esta industria: costes medioambientales de su extracción y producción


En la producción del sector eléctrico se utilizan diferentes materiales para la producción, distribución, utilización y transformación de la energía eléctrica: transformadores, motores, máquinas, aparatos, instrumentos o dispositivos de protección, entre muchos otros. A su vez, encontramos distintos tipos de conductores —o cables— eléctricos, breakers, interruptores, tomacorrientes y también elementos como focos y boquillas. A medida que avanza la innovación tecnológica, los elementos son más en número y más en nivel de complejidad, sobre todo en lo que respecta a su aplicación práctica en áreas como la ingeniería, la construcción, la medicina, las telecomunicaciones y la informática.

Para poder fabricar todos estos materiales, se necesita una gran cantidad de materias primas que se comprenden, sobre todo, en plástico, metal y cristal. La extracción desde la naturaleza de estos elementos supone, en primer lugar, un gran impacto sobre el ecosistema en el que se encuentran; en segundo lugar, un gran coste de recursos tanto humanos como materiales para poder ejecutar esa extracción y posterior aislamiento del material en estado puro; y, en último lugar, el transporte que tiene que realizarse desde el lugar en el que se extraen hasta la fábrica que lo va a utilizar.

Este proceso provoca que el precio de las materias primas crezca ante su cada vez mayor escasez. Todo ello, además de costes económicos, supone una serie de costes para el medio ambiente que no pueden ser sostenibles a largo plazo. Se trata de un proceso que se debe replantear para poder hacer de la industria eléctrica un sector sostenible.


Alza de los valores como Ecología, Responsabilidad Social Corporativa, Reciclaje, Sostenibilidad


Con especial protagonismo en los últimos años, multitud de compañías a nivel internacional han tenido que adaptar sus operaciones a una situación actual de mayor compromiso con el medio ambiente y la sociedad en su conjunto. El problema que supone el modelo clásico de vida del producto, explicado en el apartado anterior, es algo que concierne a todo el ecosistema. Las prioridades de las organizaciones han tenido que ceder ante la evidencia y establecer nuevos objetivos con respecto a la responsabilidad social, la preservación de los recursos naturales y, en general, al cuidado del medio ambiente. Con este nuevo enfoque, que también supone una visión estratégica para poder hacer sostenible el modelo de negocio y la sociedad de consumo, nos encontramos ante empresas con un grado cada vez más alto de compromiso con la sostenibilidad.

Para poder revertir este problema, debemos llevar a cabo de forma unánime la implementación de una correcta gestión ambiental —tanto a nivel interno como externo— y establecer las bases en un modelo de producción que evite los costes medioambientales y ofrezca una solución definitiva a los residuos que se generan una vez se han consumido los productos: la Economía Circular.


Qué es la Economía Circular


La Economía Circular es la respuesta sostenible al modelo de consumo clásico de producir, usar y tirar —modelo de Economía Lineal—que está establecido desde la revolución industrial. Se trata de un nuevo planteamiento en el que el residuo nunca llega a generarse o se genera una cantidad mínima: pasa a convertirse en materia prima para volver al proceso de producción el máximo de veces que sea posible. Se recicla.

Como ya hemos explicado, vivimos en un planeta que cuenta con recursos naturales limitados y cuyo consumo excesivo comienza a ser insostenible. La alternativa que se presenta con la adopción de la Economía Circular supone una oportunidad para reducir de forma paulatina el impacto medioambiental y para aprender, de aquí en adelante, a usar los recursos de manera eficiente.

El objetivo es prolongar la vida de los productos y que las empresas sigan creciendo y, además, de forma sostenible, ofreciendo un aumento de la rentabilidad a largo plazo, generando un ahorro derivado del reaprovechamiento y la reducción y que supone disminuir los gastos.


El ejemplo de ADIME y AMBILAMP para explicar cómo es posible la Economía Circular en el sector eléctrico



Para poder aplicar el modelo de la Economía Circular en el sector eléctrico, además de las iniciativas que se han llevado a cabo entre AMBILAMP-AMBIAFME y toda su red de asociados, desde el gobierno se tomaron medidas recientemente: la Ley de Residuos, en su artículo 17.3, recoge que “a partir de 2021, queda prohibida la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos tales como textiles, juguetes, aparatos eléctricos, entre otros, salvo que dichos productos deban destruirse conforme a otra normativa”, a lo que se une el Real Decreto 110/2015 que, además de adaptar la normativa española a esta Ley, mantiene la obligación de los productores de asumir la financiación de la correcta gestión ambiental de los residuos que generen sus aparatos puestos a la venta.

Ante este escenario nace AMBIPLACE, el marketplace social de AMBILAMP, para facilitar a todos los productores y la distribución el cumplimiento de dicha ley fomentando la prevención en la generación de residuos, parte fundamental y elemental dentro de la política de Economía Circular.

Esta plataforma, AMBIPLACE, es un lugar de encuentro entre productores, fabricantes o distribuidores de aparatos de iluminación y material eléctrico y electrónico que buscan realizar donaciones de excedentes de stock que tienen en sus almacenes, y Organizaciones sin ánimo de Lucro o educativas que necesitan estos productos para llevar a cabo proyectos enfocados hacia soluciones para pobreza energética, soluciones para eficiencia energética, de rehabilitación y también educativos.

De hecho, entre ADIME y AMBILAMP-AMBIAFME está en vigor un acuerdo por el que, además de poner a disposición de las ONG y entidades formativas una mayor cantidad de productos para su uso, continúa con el objetivo de ayudar a la realización de proyectos solidarios de Economía Circular y colaborar en proyectos de pobreza energética, formativos o contra la exclusión social, entre otros. De esta forma, el más de un centenar de empresas con alrededor de 800 puntos de venta englobados en ADIME ya pueden completar el ciclo de vida de sus productos en un modelo basado en la Economía Circular.

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