La lucha contra el cambio climático y la minimización de los impactos ambientales que cualquier organización genera, hoy en día, son fundamentales en el desarrollo de cualquier actividad. Uno de los aspectos ambientales determinantes, cuyo conocimiento y control es clave, es la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que se producen, siendo una meta que organizaciones como Pemsa, tienen definido en su Plan de Sostenibilidad.
La huella de carbono de una organización calcula las emisiones GEI derivadas de la actividad de dicha organización durante un periodo determinado de tiempo (normalmente 1 año).
El cálculo de dichas emisiones es el primer paso para poder establecer un plan de reducción de emisiones GEI eficaz, además de conllevar una gran cantidad de beneficios medioambientales, económicos y de posicionamiento:
Permite tener un índice para la medición del grado de impacto de la actividad sobre el Cambio Climático. Conocer la huella de carbono de una organización es el primer paso para la toma de medidas de reducción de estas emisiones.
Permite priorizar las oportunidades de reducción de emisiones y centrar esfuerzos de forma más eficiente en los puntos de mayor potencial de reducción.
Es importante como mecanismo para que la empresa disponga de una imagen del impacto ambiental asociado a sus actividades.
Demuestra una imagen de transparencia ante los clientes y proveedores.
Mejora de la concienciación de responsabilidad en el problema del calentamiento global por parte de todo el personal.
Mejora en las comunicaciones externas con las partes interesadas.
Fomento en la sensibilización de las partes implicadas, especialmente proveedores y subcontratistas.
El cálculo de la huella de carbono de una organización se divide en los siguientes alcances:
Alcance 1: se corresponde con las emisiones GEI directas, es decir, las originadas por fuentes que pertenecen al negocio. Se incluyen también aquellas que, aunque no sean de su propiedad, están controladas por este. Por ejemplo, la combustión, el uso de vehículos o la fabricación de productos.
Alcance 2: está relacionado con las emisiones indirectas de GEI asociadas a la electricidad. Es decir, las causadas por la generación de electricidad con fines energéticos. Igualmente, abarca el consumo de esta por parte de fuentes no renovables, así como la escasa eficiencia de los dispositivos.
Alcance 3: son el resto de las emisiones indirectas de GEI. Se trata de aquellas fuentes que no son propiedad de la compañía ni están controladas por esta. Como ejemplos, destacan las entidades colaboradoras o los distribuidores.
En función de lo expuesto, Pemsa ha calculado su huella de carbono en estos alcances para el pasado año 2024 con el resultado de 927.408,32 tCO2e y tiene el firme compromiso de reducir la huella de carbono para 2030 en un 40%.
Este compromiso de medición y reducción de la huella de carbono se enmarca dentro del Plan de sostenibilidad que está desarrollando Pemsa y que ha cubierto otros hitos como la creación de las Declaraciones ambientes de producto (DAPs) para sus sistemas de bandejas metálicas , verificadas por los programas GLOBAL EPD de AENOR y International EPD System de Environdec , estructuradas por las normas ISO 14025 y EN 15804 así como la certificación ECOVADIS, todo ello teniendo como base el sistema de gestión ambiental bajo el alcance de las normas de la serie ISO 14000.
Para más información puede consultar la política de sostenibilidad.
Fuente: PEMSA
Comentarios