(Línea de actuación 5)
ADIME y otras 23 organizaciones están impulsando un Macroproyecto Tractor sobre la rehabilitación de las instalaciones en edificios ante las Administraciones Públicas. El Proyecto está dividido en once líneas de actuación, una de las cuales es la instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada.
El objetivo de esta iniciativa es que, en la aplicación de los fondos europeos del Next Generation, haya una apuesta clara de la Administración por actuaciones de renovación en las instalaciones técnicas de los edificios.
Estas actuaciones servirán para la transición energética del parque de edificios existente, impulsando la eficiencia energética, la digitalización, las energías renovables y el despliegue de las infraestructuras de recarga del vehículo eléctrico y, en definitiva, contribuirán a tener un país más sostenible.
La cadena de valor del sector del material eléctrico participa y representa un colectivo significativo de empresas especializadas, en el que las empresas distribuidoras de material eléctrico son generadoras de valor en la prescripción de proyectos entre fabricantes e instaladores, además de dinamizadores del canal profesional.
La línea de actuación 5, se centra en la instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada que aseguren una adecuada renovación del aire, con los siguientes objetivos:
1. Asegurar una buena calidad de aire interior. La calidad del aire interior ha sido siempre un tema interés, pero ahora ha cobrado especial relevancia, debido a la mayor estanqueidad de los edificios y a la creciente preocupación sobre los efectos que la falta de calidad de aire interior tiene sobre la salud, el bienestar y la
productividad de las personas, así como sobre la vida útil de los edificios.
2. Minimizar la posibilidad de contagios por aerosoles. Teniendo presente que somos generadores voluntarios/involuntarios de diferentes sustancias contaminantes que permanecen en las estancias, el uso de tecnologías de ventilación, filtración y purificación contribuye a minimizar la posibilidad de la trasmisión de partículas por vía aérea.
3. Impulsar la eficiencia energética mediante la utilización de recuperadores de energía (calor o frío). Las adecuadas tecnologías de recuperación de calor contribuyen a que los sistemas de climatización y ventilación sean elementos clave en la eficiencia energética.
4. Garantizar la buena conservación del edificio evitando condensaciones. La instalación de sistemas de ventilación permite mantener los espacios interiores con un adecuado nivel de humedad y sin condensación.
5. Garantizar el confort térmico y acústico de los ocupantes. La ventilación mecánica controlada es necesaria y contribuye al confort térmico y acústico de los ocupantes, ya que el ruido exterior o las condiciones climatológicas hacen que, en ocasiones no sea aconsejable o posible la ventilación natural.
6. Creación de empleo local. La instalación de estos sistemas de ventilación mecánica controlada que aseguren una adecuada renovación del aire también repercutirá en la creación de empleo local, a través del colectivo de las empresas instaladoras, distribuidores y fabricantes. Y es que las obras de renovación energética requieren mucha mano de obra local (no des-localizable), crean empleo e inversiones vinculadas a cadenas de suministro a menudo locales, generan demanda de equipos altamente eficientes desde el punto de vista energético, aumentan la resiliencia frente al cambio climático, aportan valor a largo plazo a las propiedades y mejoran las condiciones de vida de los ciudadanos.
Los distribuidores de material eléctrico, con su capilaridad en el conjunto del país, son agentes profesionalizados que proporcionan la necesaria capacidad logística y técnica para poner a disposición del mercado estas oportunidades de ahorro para los hogares.
Aparte de conseguir alcanzar los objetivos planteados a nivel energético, el Macroproyecto Tractor en el que ADIME está inmerso, indica que, si se aplicase esta línea de actuación en 600.000 viviendas, el ahorro de energía final que supondría sería de más de 200.000 MW anuales, consiguiendo ahorrar más de 17.000 toneladas de CO2 al año, un impacto medioambiental bastante importante que deberíamos tener en cuenta. A nivel económico, lo anterior supondría un ahorro anual de más de 12 millones de €.
ADIME continúa trabajando en pro del sector para conseguir ayudar a que los programas que se pongan en marcha contribuyan a utilizar la totalidad de los fondos Next Generation destinados en este sentido, a que contribuyan a la transición energética de la sociedad y específicamente en la rehabilitación energética del parque de edificios existente.
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